Poesia española contemporánea: Antonio Jiménez Millán – Por José Luis Morante

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Antonio Jiménez Millán (Granada, 1954) es catedrático de Literaturas Románicas en la Universidad de Málaga. Entre sus libros de poemas cabe destacar Ventanas sobre el bosque (Madrid, Visor, 1987), Casa invadida (Madrid, Hiperión, 1995), La mirada infiel. Antología poética 1975-1998 (Granada, Maillot Amarillo, 2000, prólogo de Francisco Díaz de Castro), Inventario del desorden (Madrid, Visor, 2003), Clandestinidad (Madrid, Visor, 2011), Ciudades. Antología 1980-2015 (Sevilla, Renacimiento, 2016, prólogo de Luis García Montero), 25 poemas (Málaga, Fundación Málaga, 2017), Biología, historia (Madrid, Visor, colección “Palabra de honor”, 2018) y Línea de sombras. Poemas en prosa 1981-2019 (Granada/ Úbeda, Juancaballos, 2019). En 2017 se publicó la traducción al francés de Clandestinidad (Clandestinité, Rennes, Éditions Folle Avoine, versión de Philippe Castellano).  Ha recibido los premios internacionales de poesía “Rey Juan Carlos I” en 1986, “Ciudad de Melilla” en 2002 y “Generación del 27” en 2010.

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POÉTICA

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De acuerdo con lo que escribía T. S. Eliot en Función de la poesía y función de la crítica, yo no creo en la “esencia de la poesía”. Algunos títulos de mis libros podrían funcionar como resumen de una poética: así, el de la antología La mirada infiel (1987 y 2000). La mirada puede parecerse a la memoria que ofrece imágenes sucesivas, acaso enfrentadas, de una ficción inseparable del tiempo. La poesía fija su mirada atenta sobre ese mundo, intenta percibir relaciones que están más allá de las apariencias o de las superficies, distingue una base de realidad a través de la dispersión y se instala, así, en la complejidad de la vida. De ahí el sentido creador de la memoria: alguien que recuerda también está inventando, en parte, su propio pasado, y lo lleva al territorio de la fábula. Sólo en esta línea puedo admitir el significado de una “poética de la experiencia”; trasladadas al ámbito de la ficción, la autobiografía y la crónica exceden la naturaleza del documental. Si la actualidad es la materia sobre la que trabaja el periodismo, la poesía se centra en el presente, que lleva en sí la duda y la nostalgia, las huellas de la historia, los sueños, aquello que nunca llegó a suceder, las otras vidas. El carácter ficticio del presente, su continua disolución, es nuestra única certeza posible.

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RIADA

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Así termina a veces el amor.
Una corriente turbia lleva fotos antiguas,
muñecas sin vestido,
muebles desvencijados.
No se notan las grietas al principio,
pero el muro es más débil cada día.
Y de pronto el silencio
se parece a una nube de tormenta,
y el futuro les dice que ya es tarde,
que van a la deriva
sentimientos mezclados con el barro,
afectos y traiciones
hundiéndose en un mar color de olvido.

(Clandestinidad, 2011)

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AULAS

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No són distints la vida i l´art, vas dirme.
Joan Margarit (“Els primers freds”)

Olvidarán la luz de una tarde de octubre,
la claridad que llega hasta el fondo del aula
y más tarde la lluvia, el primer frío,
cuando el otoño avance con su caudal de sombras,
porque aún tienen tiempo,
todo el tiempo del mundo,
y puede que el olvido sea también
reino de juventud, como dijo el poeta.

Quién sabe si algún día, lejos ya de las clases,
volverán a los versos que yo les explicaba
entre manchas de tiza y un viejo borrador
que pasa sobre nombres, fechas, títulos,
imágenes nocturnas,
metáforas de nieve y desencanto,
islas perdidas, fértiles, donde aguardan enigmas.

Ahora,
esta tarde tranquila es como un brindis
por el príncipe oscuro en su torre abolida,
por la infinita vanidad de los ritos solemnes,
por todas las palabras que han convertido en oro
el barro suburbial de las ciudades,
por el aire de vidrio
que cruza la mañana frente al mar
y se parece a un sueño.

Quise decirles
que el arte no es distinto de la vida
y a veces nos reserva,
en medio de la noche más cerrada,
una pasión antigua, un gesto cálido
igual que el sol de octubre
a principio de curso.

(Clandestinidad, 2011)

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HARD ROCK CAFÉ (NYC)

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A Hilario Barrero

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En el sótano del Hard Rock Café
hay un museo estrafalario
de vitrinas con ropa que los músicos
llevaron en algún concierto memorable
y guitarras eléctricas, teclados, baterías
que se exponen al público. La gente
se agolpa en los sofás. Cambia de sitio
el rabino en su mundo solitario:
con su hábito negro,
hace gestos extraños al vacío
y se sienta, se vuelve a levantar,
habla consigo mismo o con todos, quién sabe,
los vivos y los muertos que sólo él contempla.

Fuera, se vuelven más visibles
los anuncios luminosos de Times Square,
cuando el predicador augura el fin del mundo
y las strippers jóvenes muestran sus tatuajes
al ingenuo que quiere hacerse una fotografía.

En la noche de julio,
la lluvia en el asfalto es un espejo
de carteles y luces de neón,
faros de coches. De repente,
llegan imágenes de Poeta en Nueva York:
el cristal y la sierpe, las palomas y el cieno.

Aquel rabino alucinado
se habrá perdido entre la muchedumbre
con su gesto al vacío y su nostalgia
de una moral estricta: un código de sombras
en medio del fulgor de Times Square.

(Biología, historia, 2018)

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CARNETS

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______Eres la suma de todas esas imágenes. El paso del tiempo se nota en el papel ajado, la conciencia del tiempo te llega desde las fotografías y su pulso inmóvil. Son líneas invisibles, grietas mínimas por las que se filtra el brillo de una puesta de sol en la verja herrumbrosa de un colegio, la luz de acuario en una biblioteca, la incertidumbre del militante que sale de la clandestinidad, el aire helado en un hangar vacío, el ruido de la multitud. Detrás de esas imágenes se quedan los secretos, las vidas imaginarias, las disidencias.
______Si alguien te pregunta quién eres, dile que nadie o todo el mundo. Tu historia ha consistido en andar a tientas, como si te movieses por una casa a oscuras, tocando las paredes; los objetos, allí, no son más que la herencia de un extraño. Y nunca te ha servido el refugio gremial. La identidad es un perfil borroso, es una construcción lenta y cambiante que fija la mirada de los otros. La única certeza es lo inestable: el simulacro de libertad que el poder nos concede, aquel carnet que ya no tiene fecha.

(Biología, historia, 2018)

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DICIEMBRE, EL BALNEARIO

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Estas columnas no sostienen nada:
tal vez la levedad del aire frío
que llega de levante y nos descubre
otro perfil más claro en la distancia
de la ciudad que duerme. A contraluz,
las barcas rotas en el astillero,
las redes extendidas por la arena
hacen menos extraño este paisaje
de escaleras gastadas y azulejos sucios.
Resisten frente al mar
los barrotes mohosos de las jaulas vacías,
de vez en cuando suena en las terrazas
la música de un baile de otro tiempo.

Lejos del rompeolas,
la tierra removida junto a los viejos sauces
y los restos del muro derribado
me dejan una imagen de postal antigua,
como aquella mirada que encendía
hogueras en la noche de San Juan.

(Inédito en libro)